09/19/2024 – Tiempo de la Cosecha
Números 13: 17 Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, 18 y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; 19 cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 20 y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.
21 Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat. 22 Y subieron al Neguev y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto. 23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos. 24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.
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Es tiempo de cosecha. El pueblo de Israel llego a la ciudad de Jericó en tiempo de cosecha. El ejército celestial estaba a punto de traer juicio sobre Jericó y era tiempo de la cosecha. Para la Iglesia de Jesucristo es tiempo también de cosecha. Dios está trayendo juicio sobre este mundo y es tiempo de cosecha. El Juicio y la cosecha vienen juntos.
No era la primera vez que Josué había estado aquí. 40 años antes Josué y Caleb fueron parte del grupo de los 12 espías cuyo reporte no agrado a Dios. Pero esta vez fue diferente. Qué bueno que tenemos un Dios que permanece fiel, aunque nosotros somos infieles, un Dios que se perfecciona en nuestra debilidad, un Dios que ejecuta su plan a pesar de nuestras dudas y debilidades. Ese Dios fue el que trajo de vuelta el arca a su lugar, aunque el pueblo de Israel había sido infiel y se dejó robar el Arca. Dios les demostró que El no necesita a nadie, que El solo puede vencer a Dagon y a los filisteos; que cuando los levitas y sacerdotes corrompen el ministerio, Dios usa a otros para glorificarse.
Cuando nosotros callamos las piedras hablan. ¡Ese es nuestro Dios! Que privilegio que El desee usarnos. No perdamos esta oportunidad.
Esta vez será diferente. Tú has fayado antes, pero esta vez será diferente porque esta vez Cristo va delante de ti.