10/05/2023 – Guarda tus Sentidos

Eddy De La Hoz   -  

Proverbios 4: 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.24 Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo que tienes delante. 26 Examina la senda que siguen tus pies y sean rectos todos tus caminos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.

Los humanos, a diferencia de los animales, fuimos creados físicamente vulnerables. Casi todos los animales nacen con una piel gruesa y algunos hasta con caparazón protectora. Las especies más numerosas, que son los crustáceos, tienen el esqueleto por fuera. Pero los humanos fuimos creados y nacemos desnudos, con una piel delicada, reflejando el nivel de seguridad del ambiente que Dios creo para nosotros.

Pero todos entendemos que ese ambiente ha cambiado, que fuimos expulsados del paraíso a causa de nuestro pecado y ahora vivimos en un mundo peligroso, expuestos a peligros físicos, y sobre todo a peligros espirituales. En este mundo tenemos muchos enemigos. Ahora sabemos que el diablo esta como león rugiente buscando a quien devorar, y aparte de él, nosotros mismos no nos ayudamos! nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. ¡¡¡Nuestra única opción es confiar en Dios!!!

La Palabra de Dios establece para nosotros medidas de seguridad. El libro de Proverbios ofrece instrucciones prácticas que nos permiten aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida diaria.  Nuestros oídos son muy delicados. Leímos en Proverbios que nuestro Padre celestial quien nos diseñó y creo cada parte de nuestro cuerpo para su gloria y para nuestra bendición, nos ordena a usar nuestros oídos para escuchar sus palabras y a conectar los oídos a nuestro corazón, que es la grabadora y el disco duro del alma (El cerebro es la grabadora del cuerpo). Hay cosas que nos deleitamos en escuchar y hay otras que nos aburren o molestan. Tú pagas por escuchar la música que te gusta. Pidámosle a Dios que sus palabras sean deleitosas a nuestros oídos.