09/23/2024 – La Ignorancia Puede Ser Fatal

Eddy De La Hoz   -  

Daniel 2: 16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey. 17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, 18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. 19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. 20 Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. 21 Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. 22 Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.
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Hay una ignorancia natural en nosotros acerca de las cosas de Dios. Esta se revela en nuestra incapacidad para entender las cosas espirituales y nuestra capacidad para las cosas materiales. El Señor dice que somos sabios para hacer el mal; pero hacer el bien no supimos.

Esta ignorancia se manifiesta en los encuentros de nuestro Señor Jesucristo con Nicodemo y la mujer samaritana, por ejemplo. El lenguaje divino encuentra gran dificultad en la naturaleza humana. Cristo le dijo a la mujer samaritana: “Si tú supieras el don de Dios…” También le dijo a Nicodemo: “Eres tú un maestro en Israel y no sabes esto?”

Esta ignorancia parece inofensiva, pero la ignorancia mata. La Biblia dice en el libro de Oseas 4:6 que El pueblo de Dios perece por falta de conocimiento. Daniel y sus amigos estaban expuestos a perecer si no recibían la revelación del misterio. Si no recibimos el conocimiento de Cristo con fe, estamos destinados a morir. Esta decisión del rey que nos parece excesiva y alocada, nos demuestra que Dios ha revelado su salvación en Cristo y que es crucial que entendamos lo que Dios nos ha dicho. Ignorarlo equivale a morir. Notemos que Daniel no critica la severidad del castigo sino su apresurado cumplimiento. El Señor es cambio es paciente para con todos, no queriendo que ninguno perezca.
El pueblo de Dios perece hoy por falta de conocimiento. Nunca ha habido tanta ignorancia de la Palabra de Dios, aunque nunca la Palabra ha estado tan disponible.